La Obsolescencia programada
quizá para muchos pueda parecer un término desconocido pero lo cierto
es que a todos y sin excepción nos afecta directamente. Este es el
término utilizado para refereirse a la planificación o programación del
fin de la vida útil de un producto o servicio de modo que -tras un
período de tiempo calculado de antemano, por el fabricante o por la
empresa de servicios, durante la fase de diseño de dicho producto o
servicio- éste se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible.
Pero ... ¿Qué hay de cierto en todo ello?
Podríamos decir entonces como bien indica el titular de este
artículo que "todo se rompe" o todo queda obsoleto con un único
objetivo: Que la rueda del consumo siga girando y funcionando. Para
muchos considerada como la gran estafa al consumidor, y para otros la
única alternativa a la sostenibilidad de muchos negocios, empresas y
fabricantes.
Este es sin duda el ejemplo más representativo que puede ayudarnos a
comprender que ha pasado durante más de un siglo y cuales han sido las
consecuencias de esta Obsolescencia Programada cuya etapa inicial se
desarrollo en la década de los años 20.
la bombilla livermore
Poco antes, en la estación de bomberos de Livermore se encendía por primera vez en el año 1901, la bombilla más famosa de
todos los tiempos. La que desde entonces no ha dejado de mantener viva
su llama de luz, entrando a formar parte del Record Guinness como la
bombilla más resistente y duradera de la historia. Inclusive superando
la vida útil de 3 webcams que durante años han sido testigos de su
resistencia al paso del tiempo.
Evidentemente, este factor suponía un gran problema para los
fabricantes, ya que cuanto más larga era la vida util de un determinado
producto, también lo era el ciclo de compra del propio consumidor. Lo
que reducía drásticamente las ventas y beneficios de las compañías. La
solución: productos más frágiles y menos duraderos con una ciclo de vida
programado de forma premeditada y anticipada para estimular y generar
con ello entre los consumidores una mayor demanda.
Obsolescencia y Competitividad
A pesar de que para muchos esta actitud pudiera parecer impropia de
empresas competitivas cuyo objetivo fuese el de ofrecer productos
superiores a los de su más directa competencia, lo cierto es que el plan
maestro de la Obsolescencia Programada, es un juego del que
todos forman parte de forma interesada, y que es sometido a la presión
de organismos, lobbies y cárteles con fuerte control y grandes intereses
económicos.
Ningún gran fabricante parece poder escapar a dicho control, bien
por interés propio o por presiones externas. No interesa que el ciclo
establecido para el consumo pierda su ritmo, y con ello la posibilidad
de seguir generando mayores beneficios a pesar de suponer una desventaja
para el propio consumidor.
Pero no es necesario esperar al fallo de un producto para enfrentarnos a los efectos de este fenómeno. La tecnología hoy en día nos permitiría disponer de dispositivos muchos más avanzados que los actuales. sin embargo "nos venden la moto" con algo que supuestamente parece novedoso para seis meses más tarde sorprendernos con algo mejor. ¿Les suena? ¿Quién no ha comprado un teléfono móvil que a los pocos meses ha visto superadas sus prestaciones por otro de la misma marca? Esta es otra de sus variantes conocida como la "Obsolescencia por modas". La que sin necesidad de que el producto llega al fin de su vida útil, lo vuelve obsoleto y genera un efecto similar en la mente del consumidor, que concibe que su producto ya no satisface sus necesidades o simplemente ha quedado anticuado.
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